No apliques tu corazón a todas las cosas que se dicen,…(Eclesiastés 7:21)
- Encuentro Bíblico
- 25 ago 2020
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La sabiduría de Dios es superior desde todo punto de vista a la sabiduría humana, y parte de ella radica en la capacidad que un hijo de Dios puede adquirir en rechazar todo aquello que no tiene provecho y que está esencialmente diseñado para dañarlo.
Si Usted se expone permitiendo que el temor se instale en su corazón, por no abstenerse de toda especie de mal, aquello que Usted tanto quiere evitar, eso mismo atraerá para sí mismo, porque la ley espiritual es que todo lo que una persona cree, eso recibe, y el temor es una creencia.
Job declaró, “el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía, no he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado,…” (Job 3:25, 26ª)
Si Usted en vez de asegurarse en los asuntos de Dios, que son los que permiten paz y reposo aún en medio de gran convulsión, permite que todas las cosas que se dicen prevalezcan en sus pensamientos y en su vida, abrirá las puertas a muchos males que Dios no desea para su vida.
Se dicen miles de millones de palabras todos los días, en la TV, las redes sociales, los grupos de whatsapp, y otros espacios similares, y todas esas palabras tienen un efecto sobre las personas que las escuchan.
¿Cómo emprendió Job su camino de vuelta a la recuperación para que Dios lo redimiera con gran bendición?
Job 34:3, declara: “Porque el oído prueba las palabras, Como el paladar gusta lo que come.”
¿Seguiría Usted comiendo un alimento que su paladar le está indicando que está en mal estado? Claro que no, entonces, ¿Por qué nos permitimos seguir oyendo cosas que se dicen que nos hacen mal? ¿Será que el discernimiento de nuestro oído no está funcionando bien para discernir estas cosas?
La sabiduría de Dios, atesorada en nuestro corazón por nuestra libre voluntad es lo que nos permite discernir adecuadamente cada cosa, tanto en el plano humano así como en el ámbito espiritual.
Hebreos 4:12, 13
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Si Usted no quiere ser engañado, no debe volverse un experto en el mal sino un experto en el bien y en la sabiduría de Dios. Un experto en billetes, raramente podría recibir un billete falso, y no porque conozca todos los tipos de falsificaciones que podrían realizarse. Eso sería imposible…
El experto en billetes, conoce tan pero tan bien el original, que cuando ve un billete falso, de inmediato su discernimiento se activa para desecharlo.
Así es con Dios y con el mundo espiritual, Dios no nos pide que seamos expertos en el mal, sino que nos ejercitemos en examinarlo todo, para retener lo bueno, y abstenernos de toda especie de mal.
Recuerde, su capacidad para abstenerse de toda especie de mal, dependerá de la calidad con que Usted examina las cosas, y esa calidad depende de hacer la sabiduría de Dios, su sabiduría.
La capacidad que un hijo de Dios desarrolla para rechazar el mal, configura un factor clave para una vida bendita al amparo del Dios Altícimo.



















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